Es septiembre en Cuenca y en un movimiento sorpresa se estrena una nueva banda, con una sesión fotográfica de Sofía Vargas Silva a Roberto Ávila y José Orellana, ambos rodeados de flores, donde nos muestran cómo la simplicidad es bella por naturaleza nace oficialmente ‘Las Rosas de Hiroshima’. Una sesión hecha en un cementerio, que une los sonidos de Desierto y X, los dos singles que la banda ha sacado a la luz desde ese mes.
“Esta banda es lo más cercano a democracia que he tenido…” (José Orellana)
José explica en la página de Facebook de la banda que el nombre proviene del poema Las Rosas de Hiroshima de Vinicius de Moraes, y nos comparte un mensaje sobre cómo podemos sacar algo hermoso hasta de un desastre:
Piensen en las criaturas
Mudas telepáticas
Piensen en las niñas
Ciegas inexactas
Piensen en las mujeres
Rotas alteradas
Piensen en las heridas
Como rosas cálidas
Pero ¡oh! no se olviden
De la rosa de la rosa
De la rosa de Hiroshima
La rosa hereditaria
La rosa radioactiva
Estúpida e inválida
La rosa con cirrosis
La anti-rosa atómica
Sin color sin perfume
Sin rosa sin nada.
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El proyecto empieza hace más o menos un año. Roberto se encontraba fuera del país y se contactó con José mediante mensajes. José nos cuenta que cuando al fin se juntaron hubo una “química instantánea” y la composición fluyó con mucha rapidez, ya que trabajaban entre dos o tres maquetas de canciones diarias. Dos artistas muy talentosos se unen para este proyecto que desde ya tiene su marca particular. Regresa con sonidos de rock and roll que ya considerábamos clásicos y olvidados, pues los agudos de Roberto se prestan para esto y le brindan un toque más contemporáneo.
“Esta banda es lo más cercano a democracia que he tenido, pero no es forzada, se basa en una admiración mutua” dice José con respecto al proceso creativo. Lo realizan juntos y la creatividad fluye al momento de componer ya que hacen todo desde cero.
La voz de Roberto vuelve a todo más íntimo, y lo instrumental viaja a través de su voz y transforma todo a sonidos un poco más pesados. Con solo dos singles podemos ya ser testigos de la capacidad de jugar con los ritmos. Roberto nos comparte que se influencian mucho en el rock viejo desde Black Sabbath hasta algo un poco más experimental como Swans y que el disco homónimo, ya grabado, tiene una “identidad más pesada”. Escucharlos genera la sensación de volver al básico, puro y exquisito rock and roll.
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El disco está próximo a lanzarse y seguramente nos dejará con ganas de más. La banda se completa con Santiago Landívar en el bajo y Sebastián Zurita en la batería, quienes realzan la potencia instrumental en las canciones que hemos escuchado.
La banda no pierde el tiempo y ya están terminando la composición del segundo álbum, a pesar que aún no sale el primero, donde posiblemente nos sorprendan ya que no se atan a un molde de sonido. Roberto menciona que todo fluye y que incluso hay canciones que no han sido grabadas donde José es el que canta.
Escucha ‘Desierto’ y ‘X’ aquí: